Una de las bendiciones con las que cuento es tener muchas personas inspiradas a mi alrededor y algunas que escriben y a la vez me inspiran. Esta mañana recién levantada, recibí una notita de mi amiga María Consuelo Yunén, con ella me llegó la clave del inicio del escrito que tenía pensado para hoy. Te comparto parte de su texto:
“Mañana mágica del primer domingo de primavera….me permito bendecir y darle la bienvenida a todas las primaveras que viven en mi y a las que me faltan por vivir. Honro mi vida, con serenidad y amor, acepto, fluyo y germino con todo lo que me toca vivir.”
Y justamente es el mensaje de esta estación, bendecir y honrar la vida que germina luego de un tiempo de recogimiento e invernación de la semilla.
A veces los inviernos son largos, reales o metafóricamente, podemos pasar por fríos intensos, dolores, oscuridades de todo tipo, sin embargo, siempre amanece, siempre retorna la luz.
Y nos pueden seguir faltando muchas cosas en nuestro ego insatisfecho, sin embargo cuánto ya tenemos, cuántas semillas de proyectos, ideas, gestaciones de nuestro corazón han brotado y han florecido? Muchas, estoy segura. Hoy es un día que elijo para pensar en eso, para celebrarlo, para conectarme desde el corazón agradecido con todas esas primaveras reales o simbólicas y todo lo que ha tenido la oportunidad de manifestarse visible y bellamente en mi vida.
Para mi esta primavera tiene un matiz especial. Un poco antes de entrar oficialmente en invierno, el año pasado, mi cuerpo habló y me invitó a mirar en otra dimensión y a entrar en esa oscuridad transformadora a través de la enfermedad física. Hoy hago una retrospección y fue como si la propia estación me acompañara, me tomara de la mano y me fuera dando las claves que necesitaba para restablecerme. Y así, semejante al gusano que entra al capullo, en la oscuridad, en el silencio, el descanso, en la introspección, la soledad, el invierno me preparaba para algo mayor, para una nueva transformación. Ha ocurrido de esa forma, dándome el permiso para vivirlo en mi intimidad, en la profundidad donde reposan y se gestan las semillas de mi propia tierra, dándome el tiempo para que internamente ocurriera lo propio hasta la germinación. Ahora entro en esta nueva estación con un sentido renovado y con un salto en el corazón.
Llegó la primavera! Escucho su lenguaje particular, invitándome a vivirla, le doy la bienvenida a todo lo que me regala: sus matices coloridos, su viento, su verdor, su ímpetu, su movimiento flexible, como la danza de una planta de bambú, dándome las claves que me permiten seguir ese movimiento renovador y sanador, con la esperanza de la crisálida que pronto abrirá sus alas y emprenderá el vuelo.
La Primavera me invita a mirar la oportunidad, a enfocarme en lo siempre posible, en el “vaso medio lleno”, en mis dones y mis talentos. Me invita a escuchar el llamado hacia lo nuevo, a abrir mis ojos a nuevos colores, a abrir mis oídos a nuevos sonidos y tonos, a renovar mi paladar con sabores distintos, a tocar y sentir nuevas texturas, a percibir los aromas refrescantes y vivificantes que vuelan desde el este…
Ella anuncia un nuevo soplo, ella anuncia la Resurrección y la Vida!
Te deseo lo mejor!
Raquelina Luna
www.raquelinaluna.com