Es una práctica sencilla para desintoxicar suavemente el cuerpo. Tiene un efecto antiinflamatorio al reducir la congestión linfática y estimulando el drenaje de desechos.
Cuando el aceite de ricino se absorbe a través de la piel (según Cayce y McGarey), aumenta el recuento de linfocitos. El aumento de linfocitos acelera la eliminación de toxinas de los tejidos, lo que promueve la desintoxicación y la reparación celular.
Lo que necesitas:
- Una botella de aceite de ricino orgánico.
- Dos pieza de franela de algodón.
- Pieza de plástico fino.
- Una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente.
- Una toalla vieja (el aceite de ricino mancha, por lo que es mejor usar una toalla vieja).
- Otra toalla o un protector para tu cama o el lugar donde te vayas a acostar.
Cómo hacer la compresa
Cortar 2 paños de franela de algodón del tamaño de la zona que vas a cubrir (puede ser de una camiseta vieja)
Calientas aceite de ricino al baño maría y lo viertes sobre el paño de algodón.
Colocas la cataplasma como una compresa sobre la zona a tratar y envuelvess con papel film transparente o una envoltura de plástico fino.
Te acuestas sobre una toalla y colocas una almohadilla caliente encima de la cataplasma a temperatura media (puede ser una bolsa de agua caliente).
Dejar actuar durante al menos una hora.
Aprovecha para relajarte y respirar profundamente. Escucha un audio agradable o lee un libro.
Retira la cataplasma con una toalla húmeda tibia con bicarbonato.
** Una vez usada, la pieza de franela se puede doblar y guardar en un contenedor en el congelador. Se puede reusar.
**Puedes comprar las compresas ajustables, ya hechas que te facilitan el proceso.
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