En este momento de tanto movimiento de agua, de viento, de la tierra y del fuego, de pérdidas y amenazas, la ola colectiva de miedo y terror nos atrapa y lo entiendo. Hay mucho sucediendo a la vez y nos consterna a todos. Somos uno y lo que pasa en cualquier lugar del planeta nos afecta, sobretodo cuando es tan cerquita. A todo eso se suma la sensación de amenaza, porque «nos puede tocar».
No tenemos control de lo que pasa en la naturaleza, en realidad no tenemos control de nada. Aunque nuestro afán humano sea sentirnos «en control», en realidad el único que podemos lograr es el interior, el de la respuesta que damos y eso es posible gracias a la rendición, la confianza y la fé.
Yo no voy a entrar en análisis metafísicos, religiosos ni especulativos, tampoco científicos. Cada uno tendrá su propia lectura y mirará lo que le quiere decir todo esto, buscando la mejor forma de procesarlo. En este momento, yo elijo mirar dentro de mi preguntándome: de todo eso que pasa ¿Qué tiene que ver conmigo?
¿Qué de destrucción, caos y desorden hay dentro de mi? ¿Dónde está mi huracán interno, dónde está mi terremoto? ¿Dónde está mi responsabilidad en esto? Y lo miro compasivamente, pidiendo perdón por lo que se manifiesta en el colectivo de lo que he proyectado y creado. Elijo también mirar mi otra polaridad, donde hay construcción, orden y cauce y darle un espacio amoroso para fortalecerlo y aumentarlo desde el corazón, confiado de que cada crisis me da una oportunidad de renovación. Inicio por mi, la limpieza, la reconciliación, la sanación.
Y luego desde donde estoy me uno a mis hermanos de Dominica, Guadalupe, Puerto Rico y todas las demás islas doblemente azotadas en las últimas 2 semanas; a mis hermanos de México, movidos y destrozados por segunda vez en tan poco tiempo; a los de Japón, Indonesia, Nueva Zelandia, que también fueron sacudidos fuertemente. Me uno a todos los que sufren, los que perdieron sus casas, los que no tienen un refugio físico, ni una cobija, los que todavía no saben dónde y cómo está su familia. Me uno también a todos los que no han descansado tendiendo la mano solidaria para rescatar, acoger, buscar, curar, aliviar a tantos afectados. Gracias por mostrar la solidaridad y la hermandad de tan valiente manera. Me uno a los que están seguros, relajados y tranquilos, a los que siguen sus propios movimientos de vida. Me uno a los que oran, envían luz sanadora, meditan, cantan, en solidaridad y siguen adelante.
Desde mi corazón, respetando y asintiendo a lo que es… sintiendo paz. Que podamos trascender la tragedia, la angustia, la tristeza, el miedo, la decepción, la impotencia, el resentimiento, el dolor y nos podamos conectar con el amor. Rendidos a lo grande, descansemos en Dios!
Raquelina Luna
20 Sept 2017
YouTube:Raquelina Luna.
raquelinalunainfo@gmail.com